Instrúyeme, Señor en tus leyes (Sal 118)

jueves, 20 de octubre de 2022

Testimonio de Sor Ángeles López Hernández, misionera Comboniana

 


Nací en la antigua finca de la Voz Negra hace 82 años (1940) y, al poco de nacer, mis padres me regalaron el bautismo en la Parroquia de Sangonera la Verde, de donde ellos eran originarios. Desde entonces ha cambiado mucho Sangonera la Seca. También conocí la construcción de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Alcantarilla.

Mi vocación religiosa surgió de una forma inesperada. Conocía la revista “Mundo Negro”. Un día me decidí a escribirles, y me contestaron las misioneras comboninas. Me fui a conocerlas a Madrid y allí me quedé con ellas. Hice el noviciado en Italia, me formé como enfermera y al poco tiempo me destinaron a Egipto durante un año.

Luego volví a Italia para continuar mi formación y me destinaron a Mozambique donde he permanecido durante 50 años. He estado en varias misiones dentro de este país y la última ha sido la misión de Chipene, en la Diócesis de Nacala, al norte del país, donde he llegado a estar 30 años.



Al llegar a Mozambique comencé a trabajar en un hospital, este era de nuestra Congregación, pero más tarde el gobierno lo nacionalizó. En 1974 comenzó una guerra muy fuerte, que duro 16 años, mataron a mucha gente, incluso llegaron a matar a una misionera comboniana y a un padre, también comboniano. Estos sucesos, parecían más bien cosas accidentales, ni mucho menos la realidad que hemos vivido últimamente y en especial el pasado mes de septiembre, cuando destruyeron prácticamente todas las misiones de extranjeros de la Diócesis de Nacala.

La paz terminó hace unos 5 años, cuando comenzaron los grupos fundamentalistas. Antes vivíamos en armonía tanto con los musulmanes y con sectas, que las hay de muchas clases. Incluso he visto cómo dentro de una familia se practicaban distintas religiones. Yo solía ir a los funerales, y me gustaba ver cómo cada uno, desde su sitio, rezaba según su fe, había unidad y respeto entre todos.

Pero los grupos guerrilleros actuales son totalmente diferentes, y así lo comprobé el pasado 6 de septiembre cuando asaltaron la misión, asesinaron delante de mí a María de Coppi, hermana de mi comunidad, y a mí me llegaron a coger por el cuello. Estuvieron toda la noche destruyendo la misión. Uno de los asaltantes me dijo: “Hermana ¿no me conoces?”. Yo le dije que era de noche y no lo veía bien, pero él si me conocía, me sonrió y se fue a otro lugar, y me dejaron en paz. Durante el ataque teníamos escondidas a 14 niñas con otra hermana y, gracias a Dios, no les pasó nada.



Nuestro ideal, como decía nuestro fundador Daniel Comboni, es “salvar África con África”. Para nuestra Congregación es muy importante la formación de los jóvenes, así como que tengan su propio clero y catequistas, e incluso sus líderes en cada comunidad. En la zona donde estaba había hasta 50 comunidades locales.  A los padres no les era posible llegar a todas esas comunidades los domingos, por lo que esos líderes dirigían una Celebración de la Palabra que preparaban antes en la misión. En África se tiene sed de esta formación, se hacen muchos sacrificios para poder llegar a la misión, se recorren incluso muchos kilómetros a pie.

Después de tantos años de vida consagrada, puedo decir que merece la pena dar la vida por este ideal: Dios siempre da el ciento por uno, y lo he comprobado a lo largo de mi vida. En especial lo comprobé en el último ataque que viví en la misión de Chipene. En esos duros momentos Dios me dio una fuerza que no pensaba ni tener. Pasé mucho miedo, pero a la vez estaba muy serena y me dio una capacidad muy clara de cómo actuar.


Sor Ángeles López Hernández, misionera Comboniana




1 comentario:

  1. Que Dios la bendiga hermana, suya es la victoria con Cristo Jesús Resucitado y Dios bendiga a su comunidad Camboyana.

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