Instrúyeme, Señor en tus leyes (Sal 118)

domingo, 15 de junio de 2025

Testimonio vocacional de Sor Joaquina, monja justiniana.

 


Me llamo Sor Joaquina, monja desde el año 1986 en el Monasterio de Justinianas de “Madre de Dios”. De familia humilde y sencilla: mis padres Joaquín y María, almas profundamente cristianas, consumaron sus vidas, en la fe, amor a Cristo y a la Virgen María.

Nací en Sangonera la Seca, en el seno de esta familia, de cinco hermanos yo hago la cuarta; mi vida trascurrió en la sencillez y amor, que envolvía nuestro hogar, en la alegría de compartir y trasmitir aquello que acontecía en nuestras vidas.

Hubo un tiempo en la adolescencia en que me aparté de la Iglesia, pero seguía creyendo y rezando. En ese tiempo Dios me guardaba como a la niña de sus ojos y pronto salió a mi encuentro por medio de la Virgen María, que, aunque aún sin yo darme cuenta, Ella, con primor, me protegía de las sedaciones del mal.

A los 19 años tuve ese encuentro personal intimo con Jesús, a través del rezo del santo rosario, en el Santuario de la Fuensanta. La Virgen iba gestando la vocación en mi corazón, por medio d estas gracias espirituales.

Habiendo en mi alma un cambio más profundo y comprometido con mis raíces cristianas. Incorporándome a un movimiento llamado “Examen Ascético Místico”, viviendo en la una vida de piedad.

Y así fue trascurriendo un periodo de tiempo, donde tenía a Jesús, pero nada me satisfacía, había un vacío interior, en el que podía experimentar una pregunta: “¿Qué quieres, Jesús, de mí?”.

Es en ese momento cuando me comunicaron que hiciera una convivencia vocacional en el Monasterio de Justinianas de Murcia, fue un 29 de noviembre de 1986, y a partir de ese día, Jesús fue dando a mi alma, esos toques divinos en unión de amor. El 8 de diciembre, día de la Inmaculada, sentí una luz interior, una presencia en mía alma tan profunda de su amor a hacia mía, de pertenecer sólo al Él, y para siempre. El día 12 de ese mismo mes, deje mi casa, a mis padres, hermanos, sobrinos, a toda la familia que tanto amaba, y a cuantos de una manera u otra se relacionaban conmigo. Fueron unos momentos cruciales, en el que me deposité del todo el Corazón de Cristo y confiando en Aquel que me llamaba.

Pasé los umbrales de este monasterio, fui acogida por la Abadesa, madre Mercedes y todas las hermanas de la comunidad, se hizo en un acto en el que se cantaba la salve a la Virgen y con la imagen del Niño Esposo al otro lado del claustro.

Este sí, el hágase tu voluntad, se ha ido pronunciando con María y en María, a lo largo de estos años, en un acto de amor renovado en acción de gracias, en el que sólo puedo decir: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”, entregando mi vida, a Cristo, a la Iglesia, y a las almas.

Doy gracias de todo corazón a Dios, por haber tenido al sacerdote D. Miguel Conesa como director espiritual, hasta que el fue llamado a la casa del Padre. Doy gracias por cuantas almas ha puesto en mi vida, por las que ha sido posible realizar su obra en mi vida consagrada y se siga manifestando su misericordia hasta alcanzar la patria prometida.

A todos vosotros os digo que no tengas miedo de venir y experimentar la llamada que Cristo nos hace. Amad mucha a la Virgen María, Ella es la Medianera, para alcanzar a Cristo.

Sigo contando con vuestra oración y vuestra cercanía. En unión de oraciones

Sor Joaquina Martínez Ortín.

 

 

 

domingo, 8 de junio de 2025

Veinticinco años de testimonio al amor del Corazón de Cristo

 La devoción y cariño al Sagrado Corazón de Jesús en nuestra pedanía se instituyó con la construcción en 1891 de una ermita en la finca del empresario Gabriel Roca, ermita que años más tarde sería cedida a la Diócesis para que fuese el germen de una parroquia. Durante más de 130 años dicha ermita ha custodiado la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la feligresía de Sangonera la Seca ha vivido en torno a ella una multitud de experiencias. De ahí, que durante décadas las fiestas de agosto en torno a la ermita hayan servido para congregar a los vecinos en una verdadera fraternidad.

En el año 2000, coincidiendo con el gran Jubileo convocado por San Juan Pablo II, se creó la Hermandad del Corazón de Jesús, y desde el primer momento los miembros de esta asociación han tenido clara la súplica: “Jesús, haz nuestro corazón semejante al tuyo”. Esta súplica hecha realidad por gracia de Dios ha dado muy buenos testimonios de amor generoso, por lo que cada año algunos de ellos han sido reconocidos como “Hermanos Mayor de Honor”.

 

En el año 2004 la Junta Municipal nombró al Corazón de Jesús como Patrono de Sangonera la Seca, y desde ese momento las fiestas de junio se denominaron Fiestas Patronales, sin ninguna clase de perjuicio a las fiestas de la Ermita Roca. En este año en el que la Hermandad cumple 25 años, se ha querido que el nombramiento de Hermano Mayor Honorario, recayera en la misma Junta Municipal.

 Desde estas líneas queremos mostrar nuestra gratitud al Corazón de Cristo, y a tantos devotos de su Sagrado Corazón, por estos 25 años de amor y fraternidad en Sangonera la Seca.

  


 Junta Directiva de la Hermandad del Corazón de Jesús.