Esta
tarde a las celebraremos la
Eucaristía por Monseñor D. Javier Azagra Labiano, el que
fuera nuestro obispo auxiliar durante 8 años, Obispo titular por 20 años y
Obispo Emérito por 16 años más, hasta que el Señor lo llamó a su lado el pasado
domingo 16 de noviembre. Don Javier ha pasado a nuestro lado, nada menos que 44
años, desde 1.970… se puede decir que para alguien de mi edad, D. Javier es y
será siempre “el Obispo”, pues hemos conocido a otros después, pero él ha sido
“el Obispo” desde que nacimos. Llegó de
su Pamplona natal a Murcia, en su pequeño coche, en un Dianne 6. Fue en ese
mismo pequeño coche en donde yo lo vi por vez primera… eran los años setenta y
llegaba a nuestra vieja Parroquia de San José de la Montaña a confirmar a un
grupo de jóvenes entre los que se encontraban mis dos hermanos mayores. Venía
sólo, y muy humildemente bajó de su coche… mis padres, al ver que era el
Obispo, se sorprendieron de que no lo acompañara ni lo recibiera nadie y me
hicieron besarle el anillo. Yo no sabía qué significaba eso, era muy pequeño…
pero D. Javier era así de espontáneo y de imprevisible. Lo primero que recuerdo
de él es su sonrisa… con ella nos recibió y con ella lo recordaré siempre.
Cada
vez que se le requirió en nuestra Parroquia, siempre estuvo a nuestro lado. Una
vez, en un encuentro de jóvenes en la Fuensanta , nos dijo que no venía más, porque no
lo invitábamos… y sonreía, siempre sonreía… siempre estaba bien. Sus palabras
eran las de un hombre bueno, las de un hombre sabio. El Señor lo enriqueció con
el Don del Consejo y de la
Piedad , dones que practicó siempre entre sus ovejas,
nosotros. Eran los jóvenes y los niños su debilidad y así nos lo demostró
siempre.
Pero
hay dos fechas que son muy señaladas para nosotros, pues su presencia lo supuso
todo: el 22 de septiembre de 1996, fecha en que se dedicó y consagró nuestro
nuevo Templo Parroquial de San José y el 30 de junio del año 2000, fecha en la
que ya siendo Obispo Emérito, acudió con sumo gusto a coronar a nuestro
queridísimo Patrono, el Sagrado Corazón de Jesús… en ambas quiso también
celebrar con nosotros el gozo que el Señor nos infunda tras estos actos. Él era
de los que se quedaban contigo, compartían contigo y disfrutaba contigo de lo
que tú estuvieras dispuesto a darle…
Fue
el 1 de marzo del año 2003, cuando nuevamente aceptó nuestra invitación a
confirmar a un grupo de 19 jóvenes de nuestra Parroquia. Esa sería la última
vez que vino a nuestra casa, pero su imagen y su recuerdo siguen presentes
entre estos muros y en nuestra memoria. El pasado domingo, el Señor lo llamó a
su presencia y nosotros, como ovejas fieles que fuimos queremos celebrar hoy
con alegría la Santa Misa
en Acción de gracias y a la vez en sufragio por su alma. Pedimos a Dios que lo
guarde y le dé el descanso eterno y que le haga intercesor nuestro para que
desde el cielo siga pastoreando al pueblo de Sangonera la Seca.
Gumersindo Barrancos
Martínez